
Antes de gritar “¡yo las quiero!”, tengan claro que en este momento estamos hablando de arte y no de calzado deportivo ultra tecnológico. Pese a estar hechas en base a cientos de desperdicios electrónicos como chips, conectores, puertos USB, placas madres, circuitos y teclas de máquina de escribir, las zapatillas Nike Air Max 2011 de Gabriel Dishaw no serían útiles ni para ir desde la cama al baño.
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